Para la década que inicia con el 2020, el ecommerce tendrá protagonistas fuertes y competitivos. Los pequeños vendedores se vuelven más grandes y la porción online del mercado crece. En momentos de crisis, además, los consumidores investigan la oferta online para cuidar sus bolsillos. La escena se vuelve atractiva para los grandes jugadores que, en casos como el de México, no habían ingresado en el mundo online aún.
Ya hemos hablado del lugar del retail en este escenario. Los grandes retailers se están convirtiendo en marketplaces, o a veces sus presupuestos para ecommerce son muy superiores a la proporción de ventas por ese medio. Los retailers que tienen más de 50 sucursales, pero su tráfico no justifica ser marketplace, comienzan a vender en todos los marketplaces disponibles. Así, capturan la venta de los pequeños y medianos vendedores que estuvieron allí desde el inicio.
Además, hay dos nuevos jugadores que debemos mirar: los fabricantes y los distribuidores. Estas empresas antes no vendían a consumidor final. Su negocio se basaba en el armado y el respeto a las cadenas comerciales para maximizar la capilaridad (esto es, estar en la mayor cantidad de vitrinas posibles). Con la venta online, esto cambia. Independientemente de estar presente en vitrinas, se necesita estar en los marketplaces, que además habilitan un canal de venta directa. Los distribuidores y fabricantes pueden empezar a vender online, y muchos lo hacen por sus propios medios. Estos jugadores capitalizan una proporción más grande de la venta online en los mercados donde la venta online se encuentra más afianzada .
Es así como el retail, además de competir con sus pares locales en el contexto físico y presencial, en el mundo online comienza a competir tanto con sus pares a nivel nacional, como con sus proveedores de siempre. Esto se ve en industrias donde, en el mismo marketplace, un mismo producto es ofrecido por el fabricante, el distribuidor y el retail.
El final de la película no lo conocemos ni tampoco es tan obvio como parece. Si bien ahora tienen la posibilidad de vender de forma directa, muchos fabricantes y distribuidores no tienen puntos de retiro o experiencia. Tampoco pueden ser tan competitivos en precio porque descuidarían su negocio tradicional, que hoy significa el 98% de su negocio. Para cambiar hacia un modelo de venta online tendrían que enfocarse en la en calidad de servicio directo al consumidor final, que hasta hoy no daban y que deben aprender. Los retailers, aunque deban competir en un entorno ampliado, tienen experiencia con el consumidor final, y pueden apoyarse en sus puntos físicos para generar una experiencia omnicanal. Ya el tiempo dirá como se rearman las cadenas comerciales en cada industria.
Lo único de lo que podemos estar seguros es que a partir de ahora se afianzará el rol de los grandes y medianos retailers que se meterán de lleno en ecommerce. También veremos como distribuidores y fabricantes, que aún no se metían, empiezan a competir. Esto es bueno para el ecommerce porque acelerará su crecimiento. En un momento de quiebre como este, el que se mueva rápido ganará mercado, y el que se mueva lento perderá.